Mientras en Trujillo seguimos enterrando muertos por el crimen y suplicando por obras que no llegan, Martín Vizcarra usa su región de origen para volver a meterse en política.
El Frente Anticorrupción de Moquegua lo denunció con documentos: su gente sigue operando desde el GORE, pagándose favores, creando asesores fantasmas, y armando su nueva campaña. Todo con plata pública.
Y lo más indignante es que la prensa lo sigue vendiendo como un “centrista moderado”.
Pero la verdad no se olvida. Vizcarra es representante de todo aquello que el Perú tiene que deshacerse. Representante de la corrupción en el Poder Judicial por medio de Gorriti, representante de los más grandes robos en la historia del Perú con Odebrecht y representante de miles de muertes por COVID mientras hacía negocios con la salud de los peruanos.
El Perú no puede seguir manteniendo siquiera planes de volver a tenerlo como candidato, pues es el representante número 1 de lo que el país ni quiere ni necesita.
Más del 90% de los peruanos reclama un cambio profundo, un Cambio de Ciclo y sabemos que Vizcarra no es el candidato de la gente, es el candidato de las redes de corrupción que no quieren caer.